Un arriero, ex-esclavo deslumbrado con el mundo en transformación se desespera por vivir en él. Este choque lo conduce al fondo del pozo. Derrotado, se abandona en los brazos de la inspiración, alucina, se ilumina y es capaz de ver a Dios. Una visión en la cual se mezcla la magia de sus raíces negras, con la gloria de la civilización judeo-cristiana. Su misión es ayudar al prójimo. Se cree capaz de curar, y termina curando. El triunfo de la locura de la fe. Su muerte, en los años 40, se transforma en una de las leyendas que formó el alma brasilera y, hasta hoy, en los negocios de productos religiosos, encontramos su imagen: El Negro viejo, João de Camargo.
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