Ya no se puede confiar en los coyotes o en los polleros. Cada inmigrante que trata de cruzar la frontera norte de México, sabe que no solo está en la línea fronteriza, sino también entre la vida y la muerte. Gustavo Sanchez Parra, revestido como "El negro", un pollero malhabido, hace ver su suerte a Evangelina Sosa, quien da vida a Ramona, y busca cruzar junto a sus dos hijos. Su paso por el desierto le permite ver los cuerpos que sosegados por el sol han desvanecido hasta morir. Algo catastrófico que no sólo los inmigrantes lo saben, sino también la policía migratoria, la prensa nacional y extranjera, y nadie hace nada.
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire